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EN LAS ESTANCIAS DE CLÍO

Acre, con "A" de Aventura (y II): Luis Gálvez.

Luis Gálvez nació en San Fernando (Cádiz), en 1864. Tuvo una juventud desordenada, marcada por el juego y los duelos... Convertido en empleado de banca, fue expulsado por firmar cheques sin fondos, lo que le obligó a abandonar el país. Se estableció en Buenos Aires, donde no tardó en meterse nuevamente en problemas por su afición a sus duelos -en concreto, por una cuestión amorosa- debiendo huir a Río de Janeiro. Una vez allí, logró prosperar, pero la revuelta federalista y el caos subsiguiente (incluido el cerco de la propia Río de Janeiro) le hizo perder su negocio, arruinándose.
Marcha entonces a Manaos, donde trabaja como taquígrafo del Congreso del Estado de Amazonas. Allí conoce a Guillermo Uhtohff, gaditano de ascendencia alemana, de talante aventurero y que con el tiempo sería su mano derecha durante la aventura de Acre.
Uhtohff le ofrece un puesto en el consulado de Bolivia en Manaos. Allí, Gálvez se entera de un proyecto secreto de los EEUU para hacerse con el control de las zonas caucheras del Acre, a cambio de prestar apoyo a Bolivia contra Brasil. A Gálvez le falta tiempo para hacerlo público a través de la prensa, destapándose el escándalo. Desatado el revuelo, el gobernador de Amazonas, Ramalho Júnior, le encarga a Gálvez organizar una expedición para ocupar Acre. Pero los planes del español son otros: crear un estado independiente. Para ello, entra en contacto con la Junta Revolucionaria de Acre, órgano de carácter más o menos secesionista que agrupaba a los patronos del caucho, los cuales exportaban casi dos millones de kilos de caucho al año.
Gálvez organiza su expedición: veinte españoles veteranos de la guerra de Cuba armados con fusiles, y 200 bártulos de materiales para la causa. Por aquellos días, actúa en Manaos una compañía española de zaruela, a la que Gálvez convence para que se sume a su aventura. Esta presencia española hace que en Washington muchos crean que una operación tan contraria a sus intereses está orquestada desde Madrid, a modo de represalia por la derrota de 1898, y de paso sustituir como fuente de ingresos el perdido azúcar cubano por el caucho de Acre. El gobierno español realmente no estuvo detrás de esta operación, pero el propio Gálvez reconoció varias veces que sí sintió la (satisfactoria) sensación de que estaba vengando a España por la derrota del 98.
Tras 20 días de navegación río arriba, la expedición llegó a Acre. Y es aquí donde retomamos la acción tal como la dejamos en el post anterior.
El día 14 de julio de 1899, con el apoyo de la Junta Revolucionaria de Acre, se proclama el Estado Independiente de Acre, siendo designado Gálvez su presidente.
Gálvez crea un estado de la nada: capital en Porto Acre (refundada sobre la vieja Puerto Alonso), bandera (formada por dos triángulos, uno verde y el otro amarillo), ministerios, escuelas, sanidad pública, ejército, administración... como dijo en su discurso de toma de posesión: "La Patria nos abandona. Nosotros crearemos otra. Todo para Acre es mi divisa".
Pero el Estado de Acre no recibe ningún apoyo ni reconocimiento internacional. Bolivia manda tropas para sofocar el movimiento secesionista. Gálvez ordena entonces el embargo del caucho, prohibiendo su exportación, como manera de presionar a Bolivia. Pero la mayoría de los patronos caucheros de la Junta Revolucionaria, que lo sostienen en el poder, no están de acuerdo, y el 28 de diciembre lo deponene. Pero la nueva situación sólo dura un mes. La población pide a gritos que Gálvez recupere el poder, cosa que sucede. Mientras, el ejército boliviano, que había sido acorralado en Porto Acre, es expulsado de la naciente república.
Gálvez convoca entonces unas elecciones que no se llegarían a celebrar. En abril de 1900, Brasil envía una pequeña fuerza al territorio. No quieren problemas con Bolivia, al menos por ahora. Al no contar con ningún apoyo, Acre se rinde a los brasileños sin ofrecer resistencia. Bolivia recupera el control del territorio. Gálvez, enfermo de paludismo, marcha a Europa.
El gobernador brasileño de Amazonas, Silvério Neri, envía una expedición al mando del periodista Orlando Correa (la llamada "Expedición de los Poetas") que entra en Acre y proclama la Segunda República en noviembre de 1900. Pero esta nueva república dura poco más de un mes: el ejército boliviano recupera el control de la región en una serie de acciones que finalizan en la nochebuena de ese mismo año. Sin embargo, el gobernador Neri insiste, y aún auspicia una nueva expedición. Puede observarse cómo a lo largo de esta historia, el estado brasileño de Amazonas muestra una autonomía total en la cuestión de Acre.
El cabecilla de la nueva expedición es el soldado brasileño José Plácido de Castro. Castro se apodera de todo Acre, salvo la capital, Porto Acre, que no cae hasta el 24 de enero de 1903. Tres días después, proclama la Tercera República, ahora sí, con el apoyo de Brasil, que envía tropas. Casualmente, Gálvez vuelve a reaparecer por la zona.
Se produce entonces un cambio en Bolivia: el coronel Pando, quien "casualmente" había estado exiliado en Brasil, se hace con el poder. Envía al ejército a Acre para recuperar el control, pero a la vez negocia. Antes de que se produzcan combantes de cierta relevancia, Brasil y Bolivia firman un acuerdo preliminar el 21 de marzo.
El acuerdo es ratificado en el Tratado de Petrópolis (17 de marzo de 1903). Bolivia entrega 191.000 kilómetros cuadrados de Acre a Brasil, a cambio de compensaciones territoriales en la zona de Matto Grosso. La cosa queda zanjada en 1912, con un acuerdo entre Bolivia y Perú.
Acre se convirtió en territorio federal brasileño el 25 de febrero de 1904, y alcanzaría el rango de estado el 15 de junio de 1962.
Pero la cuestión del caucho dió un inesperado giro poco después del Tratado de Petrópolis: Gran Bretaña había empezado a plantar semillas de hevea brasiliensis en sus colonias de Malasia en 1898. Poco a poco, se fue creando un núcleo cauchero en el sureste asiático, más accesible que el amazónico.
¿Resultado? En 1915, Asia ya producía el doble de caucho que el Amazonas. En 1920, producía ocho veces más. Y en 1939, el 98% de la producción mundial de caucho salia de Asia.
Las grandes fortunas amazónicas se arruninaron, los gomales desaparecieron y Manaos pasó a ser la sombra de un pasado glorioso.
Gálvez, tras la resolución del contencioso de Acre, volvió a desaparecer. Moriría en España en 1935, legando a la posteridad una frase profética:
"Ésa era la calamidad que yo ambicionaba evitarle a la América Latina (...) Hoy, Norteamérica (...) ya tiene, pues, una mano sobre el corazón de Sudamérica, como tiene la otra sobre el de América Central. Pero esto no se ve... y cuando se vea, será tarde".
Curiosamente, la epopeya de Gálvez dejó un impensable legado: entre los logros del Estado Libre de Acre se encontró el de llegar a emitir sellos propios. Hoy en día, sólo quedan seis de esos sellos, y son de los más valiosos dentro del mundo de la filatelia.

5 comentarios

hamilton castro -

Caros:

Muy interesante este sitio sobre la cuestión diplomática entre Brasil y Bolivia. Abogado, profesor de historia y linguista, soy un brasileño hijo de padre brasileño y de madre argentina. Al acaso vivo en Petrópolis, Estado de Río de Janeiro, en la misma calle dónde se halla la casa de Rio Branco en la que, en en 17 de noviembre del 1903, firmóse el Tratado de Petrópolis, bajo cuyas condiciones (o imposiciones) el Acre convirtióse oficialmente en territorio brasileño. Pese a mi nacionalidad brasileña, como conocedor de la historia nunca he apoyado moralmente las guerras que los vecinos de Bolivia han emprendido en su contra, incluso la de Brasil. Yo creo que a los bolivianos se les deve dar razón cuando dicen que hay un imperialismo brasileño en la región. Hoy uno de los canales de la televisión de Brasil exhibe una serie televisiva sobre el ferrocarril Madeira-Mamoré, cuya construcción está muy ligada a la cuestión del dicho tratado.
Acá sigue mi solidariedad moral al pueblo boliviano, pobre, sufrido pero altivo y orgulloso de su glorioso pasado inca, el que nosotros brasileños jamás tuvimos como, por cierto, lo desearíamos tener.

Cordialmente

Hamilton Castro
Petrópolis - Brasil

Alpha -

Galvez fue un gilipollas ( asi, con todas las letras) que propicio la ocupacion de territorio Boliviano por Brasil Los tratados por los que Bolivia cedio Acre fue una dejadez de sus gobernantes. Eso demuestra el caracter estupido de los dirigentes Hispanos ( en Hispanoamerica y en España) solo valen para propiciar desmenbracion de su Legado ya sea territorial, cultural o historico ( el economico lo doy por supuesto)
Galvez, como todos los presuntos "Libertadores", no fue mas que un estupido peon ne manos de quienes aun hoy se rien, con razon, de todos nosotros.De quienes favorecen nuestra explotacion en su provecho.

Las Lupas de Lou -

Lo de Saura con Lope de Aguirre fue un coñazo. A mí me gustó más la de Herzog.

Macías P. -

Gálvez de Profeta, y el final de una historia, la edad de oro del caucho amazónico, magnífica.

Toni, me temo que si hacen una película sobre este tema, pueden convertir incluso una historia como esta en algo aburrido y pretencioso. Todavía recuerdo como me aburrió Saura con su Lope de Aguirre buscando Eldorado.

Toni M. Jover -

Qué apasionantísima historia, qué personaje don Luis Gálvez. Y qué profética manera de despedirse del Mundo.

Si una historia así la hubiera protagonizado un estadounidense, un inglés o un francés, tengo por seguro que ya habría una película holliwudiense al respecto.

Hum... Lamento sentir ahora algo tan ¿visceral? ¿patriótico? ¿gregario? ¿retrógrado? Pero lo de la venganza por lo del 98 es sencillamente delicioso...