Año nuevo, portada nueva.
Comienza el año 2005 (no, no voy a hacer la rima...) y a pesar del poco tiempo de vida del blog, he decidido cambiar la imagen de portada. El paisaje nevado bávaro, con el castillo de Neuschwanstein, ha sido sustituido por el cuadro que se puede observar, y que es uno de mis favoritos. Se trata de "El viajero contemplando el mar de nubes", de Caspar David Friedrich (1774-1840)
El cuadro, que se puede contemplar en el Kunsthalle de Hamburgo, creo que se ajusta bastante bien a la etapa que se inicia; tenemos todo un nuevo año por delante. Un nuevo año que, como el paisaje ante el caminante, se abre ante nuestros ojos. Pasadas las fiestas, comilonas (y resacas) de Nochebuena y Nochevieja, llega el momento de poner un pie delante del otro y comenzar la andadura.
Alguno pensará que todo esto es palabrería tópica. Y es cierto. Hoy por hoy, en las sociedades industriales posagrarias, el "verdadero año", a causa de nuestro ritmo de vida, no es el que va de enero a diciembre, sino el que va desde el final de las vacaciones de verano hasta el inicio de las siguientes...
Pero a pesar de ello, la cronología sigue mandando, y seguimos sometidos a la dictadura del calendario. La sensación que tenemos en enero de comenzar algo nuevo, no la tenemos en septiembre, donde -si acaso- tenemos la sensación de acabar algo.
¿Qué nos deparará el nuevo año? Al igual que el paisaje del cuadro, sólo podemos vislumbrar retazos. Todo lo demás, oculto por las nubes, sólo se irá desvelando según vayamos avanzando.
Que el año entrante nos sea propicio a todos.
El cuadro, que se puede contemplar en el Kunsthalle de Hamburgo, creo que se ajusta bastante bien a la etapa que se inicia; tenemos todo un nuevo año por delante. Un nuevo año que, como el paisaje ante el caminante, se abre ante nuestros ojos. Pasadas las fiestas, comilonas (y resacas) de Nochebuena y Nochevieja, llega el momento de poner un pie delante del otro y comenzar la andadura.
Alguno pensará que todo esto es palabrería tópica. Y es cierto. Hoy por hoy, en las sociedades industriales posagrarias, el "verdadero año", a causa de nuestro ritmo de vida, no es el que va de enero a diciembre, sino el que va desde el final de las vacaciones de verano hasta el inicio de las siguientes...
Pero a pesar de ello, la cronología sigue mandando, y seguimos sometidos a la dictadura del calendario. La sensación que tenemos en enero de comenzar algo nuevo, no la tenemos en septiembre, donde -si acaso- tenemos la sensación de acabar algo.
¿Qué nos deparará el nuevo año? Al igual que el paisaje del cuadro, sólo podemos vislumbrar retazos. Todo lo demás, oculto por las nubes, sólo se irá desvelando según vayamos avanzando.
Que el año entrante nos sea propicio a todos.
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Logan -